PROGRAMA CORAL

El papel de Mercasa durante la COVID-19. Esferas de actuación postcovid

El pasado mes de julio de 2020, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación otorgó los “Premios Alimentos de España 2019”, con los que se reconoce la labor desarrollada por empresas y profesionales que se han distinguido por producir, ofrecer y divulgar los alimentos de calidad españoles, así como su contribución al desarrollo del sector alimentario español de forma sostenible y eficiente. En esta nueva edición, el jurado concedió el premio extraordinario a la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), reconociendo así la extraordinaria labor que realizan estas entidades a diario y, especialmente, la que han llevado a cabo durante el estado de alarma provocado por la pandemia de la COVID-19. Esta labor realizada por FESBAL no sería posible sin la colaboración histórica de Mercasa y la Red de Mercas con distintos Bancos de Alimentos y entidades benéficas mediante la cesión de espacios e instalaciones de manera gratuita o bonificada, para el acopio y distribución de alimentos. De hecho, la solidaridad de Mercasa fue premiada en 2019 por FESBAL con la entrega del “Premio Espiga de Oro 2019”, mayor galardón entregado por la Asociación.

La Red de Mercas se ha caracterizado siempre por su proceso de innovación adelantada. La capacidad de generar enlaces hacia atrás, favoreciendo la producción, y hacia delante, favoreciendo los canales de consumo, es consustancial al funcionamiento de Mercasa.

En la crisis de 2020, el funcionamiento de la Red de Mercas ha sido fundamental para permitir el abastecimiento de la población. Todas las formas comerciales han podido suministrarse adecuadamente de productos y aunque la caída del sector Horeca como consecuencia del confinamiento ha sido enorme, no ha habido problemas de desabastecimiento e incluso diversas Mercas han participado en acciones solidarias con reparto de cestas con productos básicos, ayudas a Bancos de Alimentos, etc.

Ante la nueva etapa de normalidad postcovid que se avecina, en el ámbito de la Red de Mercas se pueden señalar siete esferas de actuación:

  1. El factor salud. Los equipos de desinfección, los equipamientos sanitarios para los trabajadores, la prevención de riesgos laborales y los protocolos de seguridad en la manipulación de los productos, adquieren una nueva carta de naturaleza que debe generar inversiones relevantes y también gastos de funcionamiento. La innovación adelantada de los mercados debe manifestarse como lo ha hecho en los momentos críticos.
  2. La disponibilidad de información. La digitalización y la herramienta tecnológica de los Big Data deben proporcionar una información completa en tiempo real sobre cantidades de productos, precios, personas en las instalaciones y medios de transporte. Ante los previsibles períodos de incertidumbre, el control de la información es fundamental para tomar las decisiones adecuadas en el momento adecuado.
  3. Cambios en los productos comercializados. Junto a las tradicionales tareas de comercialización de productos frescos surgen nuevas demandas de consumo que en muchas Unidades Alimentarias generan relevantes nichos de mercado. Se pueden destacar las áreas de productos ecológicos, de productos con Denominación de Origen, de productos de IV y V gama y de productos de alimentación seca. También hay que estar muy receptivos a las necesidades de la población en materia de productos locales, la importancia del kilómetro cero y, en consecuencia, disponer de superficies que garanticen el acceso de los agricultores a los mercados. En el plano negativo, la caída del poder adquisitivo de la población puede redundar en una severa caída de la demanda de los productos premium sustituidos por otros de precios más reducidos.
  4. Planes de contingencia. Estamos inmersos en la era de la incertidumbre. Los datos se convierten en variables y esta situación requiere una continua adaptación de las
    Mercas y de los operadores de las mismas. Es necesario tener elaborados planes de contingencia y de gestión de crisis que permitan hacer frente a situaciones imprevisibles.
  5. Ventas con menor presencia física. Uno de los grandes objetivos de los mercas en la nueva etapa consiste en disminuir los tiempos de presencia física de los compradores en los mismos. Por lo tanto hay que fomentar la visión del Marketplace agrupando las ventas electrónicas en cada Merca, fomentar la venta telefónica, favorecer los planes de logística capilar para llevar productos a los clientes minoristas… La confianza mutua entre compradores y vendedores es la clave para poder anticipar las negociaciones y realizar los cobros y pagos de manera electrónica. La denominada distribución de última milla en los mercas es un elemento fundamental para agilizar las compraventas.
  6. La vinculación con los objetivos del desarrollo sostenible. El futuro económico está vinculado con los ODS. La actividad de las Mercas tiene múltiples conexiones con los objetivos de Hambre Cero y de la mejora medioambiental. Los instrumentos concretos se centran en el desenvolvimiento de la economía circular, muy especialmente en la reutilización y regeneración de residuos, el análisis de los proveedores según la huella ecológica y las actuaciones en materia de Responsabilidad Social Empresarial. En este campo se inscriben las actuaciones con los Bancos de Alimentos que tanto contribuyen a aproximarse al objetivo de disminuir drásticamente el hambre en los colectivos más vulnerables.
  7. Servicio público esencial y colaboración público-privada. El decisivo papel jugado por la Red de Mercas obliga a señalar la relevancia de las externalidades positivas generadas en relación con la distribución, la producción, la industria agroalimentaria, los servicios a las empresas, las infraestructuras de transporte o la calidad comercial de las ciudades. La propia vertebración de la colaboración público-privada se nutre de la necesidad creciente de bienes y servicios públicos, derivados del continuo aumento de la producción privada. En esta línea argumentativa, el continuo aumento de productos alimentarios y la necesidad de llegar a un gran número de consumidores determinan la aparición y consolidación de mercados reguladores. En el ámbito minorista los mercados municipales y la diseminación capilar del pequeño comercio colaboran para asegurar el abastecimiento en las adecuadas condiciones de precios y calidades. Por lo tanto, el papel de Mercasa como muleta de apoyo tecnológico a los mercados y al diseño de planes de formación es primordial para consolidar esa visión desconcentrada y próxima al consumidor del comercio minorista.

Ante la crisis pandémica y la derivada crisis económica, el sector comercial surge como un actor decisivo y protagonista, permitiendo el aprovisionamiento y ejerciendo como puente necesario para facultar la conexión entre una producción sometida a limitaciones relevantes y un consumo confinado.

En esta etapa de reconstrucción, nuevamente el comercio aparece como garante para cubrir necesidades en un mundo cambiante en el que la flexibilidad, la capacidad de adaptación, la proximidad y la seguridad e higiene de los productos van a jugar papeles determinantes.