La empresa keniata SteamaCo, premiada recientemente con el premio Ashden, aprovecha el poder de los teléfonos móviles para llevar electricidad a comunidades aisladas. Su tecnología permite que los dueños de las micro-redes, normalmente emprendedores rurales, monitoricen su rendimiento a través de su teléfono móvil, además de controlar los pagos de sus clientes.
El sistema consiste en lo siguiente: los operadores instalan el hardware de SteamaCo en sus generadores y monitorizan los aspectos técnicos y financieros a través de la nube. Pueden gracias al sistema, por ejemplo, solucionar problemas tales como caídas de voltaje en las baterías antes de que se vuelvan más serios y resulte en una caída del sistema, redirigir la energía que no se esté usando hacia otros fines (como por ejemplo, algún sistema de bombeo de agua), o vigilar que los clientes no consuman más energía que la que tienen contratada.
Estos clientes también se benefician del sistema gracias a la flexibilidad de pago que ofrece, y pueden consultar su saldo y pagar a través del teléfono móvil. El sistema puede ser usado incluso para compartir una conexión a la red nacional: el coste de una conexión a la red en Kenia cuesta alrededor de 600 euros, pero gracias a la tecnología de SteamaCo una comunidad puede gestionar fácilmente el pago y administración de esa conexión.
SteamaCo da servicio actualmente a 30 micro-redes en países como Kenia, Tanzania, Benin y Nepal, siendo algunas de estas redes propiedad de grandes empresas como E.ON o PowerGen.
Fuente: The Guardian
Ir al artículo original