La letra de esa canción (primera parte)

Hemos seleccionado letras de canciones, canciones por sus letras.

¿Cuántas veces nos ha parecido que la letra de la canción nos la estaban cantando en primera persona?, que somos el protagonista de aquella letra, que dice justo lo que pensamos o, más difícil, ¡lo que sentimos!

Igual nos gusta porque nos la cantaron al oído, o tal vez nos recuerda a aquel que fuimos cuando la escuchábamos.

En cualquier caso, hay letras de canción llenas de gracia y tino. A veces verdaderos poemas, obras que tienen valor por ellas mismas, independientemente de la música que las arropa y la voz que las dice.  Algunas veces son poemas de escritores consagrados, que descubrimos gracias a que un cantante las rescató de alguna antología.

Nosotros, los miembros del equipo de nosólotécnica, tenemos las nuestras. Son estas que aparecen a continuación.

Esperamos vuestras canciones y/o opiniones.

 

(Pinchar en la imagen para ver el contenido)
Tanto que darteMalos tiempos para la líricaLa puerta de AlcaláLas morillas de JaénA Alicia, disfrazada de Leia OrganaEsperando Nada

 

La letra de esa canción (segunda parte)

 

 

Feliz Navidad 2014. Villancico de negros.


 

Para felicitaros la navidad os traemos un villancico del siglo XVII, un villancico de negros, también llamados negrillos o guineos.

Estas sorprendentes composiciones querían imitar a los esclavos africanos, tenían el son africano y a veces introducían palabras en idiomas indígenas. Estuvieron muy de moda en el siglo XVII y se escucharon en palacios e iglesias.

Los interpretaban negros y blancos, en España y en América. Lope de Vega,  Góngora y Sor Juana Inés de la Cruz compusieron textos para negrillos.

Muy feliz navidad

Poemas y canciones, de Bertolt Brecht


Y el tiburón tiene dientes

y a la cara los enseña

y Mackie tiene un cuchillo

pero no hay quien se lo vea.

 

El tiburón, cuando ataca,

tinta en sangre sus aletas,

Mackie en cambio lleva guantes

para ocultar sus faenas.

 

Coplas de "Mackie Cuchillo"

 

¿Todavía Brecht? Tal vez más que nunca. De hecho el gran poeta del humanismo socialista ha conseguido empotrarse en la cultura popular contemporánea de tal forma que muchos de sus versos flotan en el imaginario literario cotidiano siendo inmediatamente reconocibles por el gran público, aún en ocasiones inconsciente de su autoría. ¿Quién no recuerda aquellos “malos tiempos para la lírica” glosados por Germán Coppini? ¿O las sabias líneas de La lista de lo necesario repetidos una y otra vez por anónimos urbanos de nuestro tiempo? Brecht llegó para quedarse, pues. Nos gusta imaginarle complacido –desde su propia ideología y desde su interés por las filosofías de Oriente- en haberse fundido al fin en la gran corriente creativa del pueblo, del género humano en suma.

Que llamara la atención del pop contemporáneo no es de extrañar.  Nada desdeñable es la aportación de Brecht a otras manifestaciones artísticas no literarias de la sociedad de masas. Esta emergía en el período de Entreguerras, justo cuando la producción del autor alemán cuajaba en cantidad y trascendencia. Con su colaboración con Kurz Weill, Brecht contribuyó al fortalecimiento de ese género tan arraigado en Alemania como es el cabaret, que incluso sobreviviría con ingenio y malicia en el Berlín stalinista, grisáceo y agobiante. Pero los coletazos de Mackie Cuchillo llegarían aún más lejos, hasta la Ópera do Malandro de Chico Buarque o el cómic barcelonés: el Makinavaja de Ivà.

Makinavaja (Ivà) - El JuevesLeed con tranquilidad estos versos y coplas –Gedichte, Hauspostille, Lieder-, sentidos a partir de la realidad humana más básica, implacables contra toda desfachatez. En español disponemos de una estupenda antología debida al trabajo de Jesús López Pacheco y Vicente Romano, reiteradamente publicada por Alianza en ediciones asequibles. A ella se han añadido hace poco 80 poemas y canciones, publicación de la interesante editorial argentina Adriana Hidalgo.

 

Entre otros lugares Bertolt Brecht también vive en: Bibliotecas de la UPM.

Lady Sings the Blues, Billie Holiday

Lady Sings the Blues

Barcelona: Tusquets, 1998

-¿Sabes cantar, chica?

-Claro que sé cantar, eso no es nada del otro mundo – respondí….

Le pedí al pianista que tocara Trav’lin’ All Alone, lo más cercano a mi estado de ánimo. Y en algún momento debió calar hondo. Se  acallaron todas la voces en el bar. Si a alguien se le hubiera caído un alfiler,  habría sonado como una bomba. Cuando finalicé, todos aullaban y levantaban sus vasos de cerveza. Recogí treinta y ocho dólares del suelo.

Fells Point en la ciudad de Baltimore es el origen de todo.   Eleonara Fanagan se cría en un ambiente miserable  del ghetto con una madre adolescente y un padre que las abandona.  Un ambiente sórdido de burdeles, y clubes de mala muerte,  es el mundo en el que crece.

Eleonora Fanagan es Billie Holiday.

Supongo que no soy la única que oyó buen jazz por vez primera en un burdel. Pero nunca intenté sacarle partido. Si hubiese oído a Louis y a Bessie en una reunión de niñas exploradoras , me habría gustado lo mismo.

Hablar de Billie Holiday es hablar del jazz. Lady Sings the Blues es su autobiografía.  En ella  hace un repaso de su carrera y de su vida, una lucha constante  por abrirse camino y huir de la miseria de su infancia.  A través de sus páginas podemos revivir un mundo de clubes llenos de humo y alcohol en el que una voz mágica, susurrante, melancólica recorre las mesas del local dejando un poso mágico en aquellos afortunados que la escuchan. Un mundo con dos caras, por un lado músicos extraordinarios, muchos anónimos y otros famosos como Count Besie, Benny Goodman Lester Young, Artie Shaw… Por el otro, chulos, traficantes, vividores, buscavidas  que como lobos hambrientos salían en busca de  presas, Billie es una de ellas.

Giras interminables, “Entre en la banda de Count Basie para ganar algo de dinero y ver mundo. Durante dos años no vi prácticamente nada salvo el interior  de un autobús Blue Goose y nunca logre enviar un céntimo a casa”, sesiones de grabación,  actuaciones memorables y otras olvidables, cárcel, juicios, discriminación.  Eso es Lady Sing the Blues. Esa es su vida.

Sólo logramos un par de asientos separados en un autocar abarrotado, lo que me remontó a veinte años atrás, rumbo a Nueva York, tal como tantas veces antes: detenida, en libertad bajo fianza, arruinada después de pagarle al fiador, hambrienta por no haber tenido tiempo para comer, molida después de veinticuatro horas sin dormir, recordando el olor de esa cárcel mientras traqueteaba en un condenado autocar, con un marinero dormido echado sobre mí. Pero pronto olvidé todo eso, con mi hombre.

Billie Holiday nació en Philadelphia el  7 de abril de 1915 y murió el 17 de julio de 1959 en la ciudad de Nueva York, sola y abandonada.

Stranger Fruit

Southern trees bear a strange fruit

Blood on the leaves and blood at the root

Black bodies swingin' in the Southern breeze

Strange fruuit hangin' from the poplar tres

Pastoral scene of the gallan South

The bulgin' eyes and the twisted mouth

Scent of magnolias sweet and fresh

Then the sudden smell of burnin' flesh

Here is a fruit for the crows to pluck

For the rain to gather, for the wind to stuck

For the sun to rot, for the tree to drop

Here is a strange and bitter crop

 

 

 

 

 

 

 

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