Cuadernos de viaje. De Eugène Delacroix a Joaquín González Dorao

Cuaderno del viaje de Delacriox por Maruecos.

Los cuadernos de viaje están de moda. Esas libretas dibujadas y escritas de manera rápida por viajeros ilustres, o desconocidos,  son piezas ahora incluidas en las exposiciones y reproducidas en los libros de arte.

Los cuadernos de viaje son piezas íntimas, y por eso las guardaron y protegieron sus autores. Escritores, pintores y muchos arquitectos pero también biólogos, botánicos, geólogos….. hicieron preciosos cuadernos que aportan emoción a sus trabajos más oficiales.

Estos pequeños dietarios son ahora objeto de exposiciones monográficas, recuerdo una magnífica en el Museo ABC de Madrid, o podemos encontrarlos en las vitrinas de muchas muestras completando los perfiles de un determinado artista o asunto.

Los cuadernos nos aportan la visión más personal de un viaje, la mirada más íntima del viajero, por eso suelen ser secretos bien guardados. Descubrimos los detalles sobre los que pusieron su lupa y no sólo nos recuerdan pormenores del itinerario sino también como éran y sentían sus autores.

Sabemos que muchos artistas famosos hicieron cuadernos de viaje, son muy conocidos los de Eugene Delacroix en Marruecos y los de Vicent van Gogh, pero raro es el pintor o el dibujante que no haya hecho un boceto de lo que ve durante una excursión y lo frecuente es que estos trabajos no se lleguen a conocer jamás.

Mucho que ver con estos cuadernos tienen un tipo de guías de viaje dibujadas que nos aportan una mirada más personal sobre los lugares.Cuaderno de viaje de Vincent Van Gogh

Son muy bonitos los que hace Joaquín González Dorao, un ilustrador de formación científica y nacido en Cádiz que ha dibujado casi toda España y muchos países del mundo. Sus trabajos son una fiesta y se pueden encontrar en muchas librerías.

El suyo es un dibujo claro y la suya una mirada tan limpia y perfumada que al final nos da lo mismo pasear de su mano por las ciudades que conocemos y amamos, que por las otras desconocidas que nunca habían despertado nuestra curiosidad.

Todas resultan sugerentes y a todas es mejor ir con un libro, o con un cuaderno de viaje, de González Dorao bajo el brazo.

Brasil. Joaquín Gonzalez Dorao.

Pierre Louÿs y Andalucía: cartas inéditas y fragmentos

Pierre Louys y Andalucía (cub.)Jean-Paul Goujon & M.ª del Carmen Camero Pérez:

Pierre Louys y Andalucía: cartas inéditas y fragmentos.

Sevilla: Alfar, 1984.

 

Cantantes de café, cigarreras que caminan como reinas, y además con una agilidad y una gracia incomparables. Y unos cuellos erguidos ¡de una forma! Unos brazos redondos, muy bien formados y de un color magnífico. Unas criaturas victoriosas y soberbias… (p. 31)

En Nosólotécnica nos vienen interesando los viajeros: los románticos, los científicos, a menudo los hispanófilos…  Así que tarde o temprano había que topar con Pierre Louÿs (Gante, 1870 – París, 1925), el gran pornógrafo, azote de la pacatería tradicional y de la corrección política. Una suerte encontrar este librito elaborado por dos profesores de la Universidad de Sevilla, buenos conocedores de un auténtico escritor de culto. Fascinado por la luz mediterránea, deseoso de calor humano y meteorológico, y cercano al mundo hispánico por moda y relaciones personales, Pierre Louÿs recaló en Sevilla aún veinteañero y en su incipiente carrera literaria. Corrían los años 90 del XIX. Visitó también Cádiz y algunas otras localidades andaluzas, pero fue la gran ciudad del Guadalquivir su preferida. De hecho Sevilla tuvo mucho que ver en el desarrollo de su obra: en ella volvió a trabajar sobre Las canciones de Bilitis –fundamentales en su línea creativa de sensualidad neopagana-, y también allí concibió La mujer y el pelele, que años más tarde inspiraría a su vez Ese oscuro objeto del deseo, la última película de Luis Buñuel.

Pierre LouÿsEl volumen preparado por los profesores Goujon y Camero se presenta en formato bilingüe con textos enfrentados francés-español. Adolece de algunos pequeños descuidos de traducción e impresión, pero es un libro único en su tema, y sus contenidos compensan esas imperfecciones formales. De nuevo otro título que merece reedición mejorada. Incluye un ensayo introductorio, correspondencia, diario de viaje y fragmentos de obras de Louÿs en relación directa con la experiencia de aquella estancia. Por resaltar un ejemplo, impactan los episodios de turismo sexual relatados en carta a su amigo el músico Claude Debussy, lo que nos coloca una vez más ante al trasfondo moral de tantas grandes creaciones de la cultura humana. Pero mantengamos la cabeza fría y no embistamos sin más a Pierre, mejor situémosle en su contexto: época de zoos humanos y exterminios variados, y de recientísima abolición –sobre el papel- de la esclavitud. Por otra parte, si queréis seguir explorando la vida y obra del autor, visitadle en: http://www.pierrelouys.fr/

Su amor por España no se debilitará ni se apagará lo más mínimo: su secretario, Jean Cassou, ha contado cómo, hacia 1920, tuvo la sorpresa de ver que Louÿs conocía muy bien la obra de Bécquer, desconocida sin embargo en Francia, y que sabía de memoria algunos poemas…(p. 53)

Pierre Louÿs en: Biblioteca UPM.

También esto pasará. Milena Busquets.

Cubierta de También esto pasará. Milena BusquetsTambién esto pasará
Milena Busquets
Anagrama, 2015

 

Yves Saint Laurent (uno de los poetas más importantes del siglo XX) dijo una vez: “La prenda más bonita que puede vestir a una mujer son los brazos del hombre que ama. Pero para aquellas que no tienen esa suerte, estoy aquí”.

Esta cita es de Milena Busquets, pero no pertenece al libro que recomiendo hoy sino a su blog. Desde esas páginas nos llega su latido en directo, sin trampa ni cartón.

Para las que no tenemos ningunos brazos aparte de los nuestros, para las que (de momento) no compramos en YSL, tengo la solución para este invierno: El Poncho.

Y lo dice en serio porque a continuación nos informa de dónde podemos comprar el poncho que más le ha gustado esta temporada.

Se trata de un blog delicioso, que regala alegría de vivir y buen gusto y que ha abandonado por sus nuevas obligaciones como escritora de éxito. Yo pido cada mañana a la suerte que lo retome.

También esto pasará es realmente un diario. Milena se llama Blanca en el libro, los nombres están cambiados,  pero todo lo demás es biográfico. Se trata de un trozo de su vida, el peor, la enfermedad y muerte de la persona más importante de su vida: su madre. Su madre era la escritora y editora Esther Tusquets. Milena logra, en el libro o en el blog, llegar a lo más profundo, a lo esencial, como un rayo, y toca lo sensible con una eficacia que asombra.

Fotografía Milena busquets: Abrigo masculinoPor eso no me sorprende nada que se haya vendido el libro a veintinueve editoriales, ni que fuera tan valorado en la última Feria de Frankfurt.

Es a ratos una narración terrible, su dolor no encuentra consuelo y piensa que sólo el amor de los demás nos salva realmente. Ella necesita que la salven deprisa, con urgencia.

Rapiña miradas, gestos, la sonrisa de la dependienta del supermercado al darle la vuelta, todo, por mínimo que sea, todo para no sentir tan fuerte que se ha quedado espantosamente sola.

Viviré sin ti hasta que me muera.

Al final del libro hace una lista, a Milena le gustan mucho las listas, de las cosas que le ha dado su madre. Vayan algunas.

Me diste los flechazos como única forma de enamoramiento (tenías razón), el amor al arte, a los libros, a los museos. Me regalaste la alegría de vivir, la entrega absoluta, los grandes gestos en los momentos adecuados, la afición a todos los juegos…

Milena Busquets

Pero acabemos este comentario como le gustaría a Milena, con una sonrisa y hablando de hombres. Volvemos a su blog:

¿Qué hay que robarles a los hombres?, se pregunta.

– La camisa. En una mujer, una camisa de hombre siempre es sugerente, siempre funciona.
– La bufanda. Las de hombre son más sobrias, más grandes, más envolventes.
– El corazón. A ellos no les sirve para nada, solo para dárnoslo.

 

Milena Busquets en la Biblioteca UPM

 

Jardín, Pablo Simonetti

Cubierta de Jardín, Pablo SimonettiJardín
Pablo Simonetti
Alfaguara, 2014

Novela corta o relato largo; sentido homenaje a una madre; fiel reflejo de los acuerdos y disensiones entre la descendencia de una familia acomodada chilena. Y éste último detalle es importante, pues el ambiente que se respira rezuma cosmopolitismo andino.

Santiago, con sus comunas (barrios), sus miles de coches (sin control de emisiones) y millares de cables aéreos (sobra el cobre); sus consentidos grafitis artísticos (se venden en postales), y sus jardines delicadamente aromáticos (no aptos para alérgicos). Allí donde las antenas de telefonía se visten de palmera para no distorsionar el entorno, y las familias tienen un aire trasnochadamente patriarcal, y devotamente matriarcal.

Se percibe en la sociedad chilena, y se refleja delicadamente en el libro, el tránsito de una sociedad que pasa de estar basada en casas unifamiliares, a centrarse en departamentos (pisos). Los barrios de los años cincuenta con sus casas de una planta y escaso valor comparados con sus jardines  de aprecio incalculable. Comunas donde cada casa era un apellido familiar y los jardines estaban llenos de azaleas y rododendros, tulipanes, lirios, narcisos, rosas y plantas acidófilas en general, en ocasiones traídas de los más recónditos viveros del país.

No sería justo para Pablo Simonetti desvelar mucho más pues el final es lacónico, claro e impactante.

Podemos, en cambio, escribir acerca del autor: Ingeniero civil (de caminos) por la Universidad Católica de Chile y master en Ingeniería económica en la Universidad de Stanford (USA). No encontramos apenas referencias a su actividad en este ámbito. Tan sólo que trabajo en Copec (compañía petrolera chilena) y que en 1996 lo dejó, invirtiendo toda su herencia en regalarse el tiempo y la técnica para escribir, en parte como un ejercicio de psicoanálisis.

El jardín es la metáfora de tu lugar en el mundo. Un jardín es un lugar que debes cuidar, dedicarte, a veces podar, desmalezar. También es un lugar donde paseas, pasas tiempo de contemplación. Tiene mucho de representación de tu identidad. Si yo pudiera clasificarme, sería un escritor de la identidad.

Pablo Simonetti

De hombres grises y amas de casa desquiciadas. Wilson Sloan y Sue Kaufman

Cubierta de El hombre del traje gris, de Sloan WilsonEl hombre del traje gris
Wilson Sloan
Ed. Libros del asteroide

Son los años 50. Tom Rath y su esposa Betsy viven en un barrio residencial a las afueras de Nueva York. Mientras ella se queda en casa cuidando de sus tres hijos él toma el tren cada mañana para llegar al trabajo. Tom -sin una idea muy clara de en qué dirección- intenta mejorar su vida, ganar más dinero. Abandona su puesto de trabajo actual, que le reporta estabilidad a cambio de un salario escaso, por uno nuevo en una gran corporación que amenazará con absorberle por completo como al resto de los que allí trabajan.

Un encuentro fortuito, sin embargo, con un antiguo compañero de armas hará que Tom se vea obligado a reflexionar acerca del modo en que quiere afrontar el resto de su vida. La memoria de los horrores de la guerra, el recuerdo de un romance inflamado, fugaz e inolvidable como solo son los amores en tiempos de guerra, impulsarán a Tom a librar una batalla personal en busca de valores.

Cubierta de Diario de un ama de casa desquiciada, de Sue KaufmanDiario de un ama de casa desquiciada
Sue Kaufman
Ed. Libros del asteroide

La otra cara de la moneda, la otra mitad de la naranja, podría ser esta novela de Sue Kaufman ambientada en la misma época. De un modo divertido a veces, Tina Balser, casi una Bridget Jones de los años 60, se desahoga relatando en un diario los hechos que la han abocado a un sentimiento actual de frustración, de infelicidad: el abandono de sus inclinaciones artísticas; las fobias que va desarrollando a un ritmo exponencial; las infinitas tareas domésticas, que relega hasta límites desastrosos; la obligación de comportarse como una madre impecable; los “pequeños revolcones” que su marido le propone cuando menos viene al caso… Tina se rebela –las confesiones a su diario ya son un grito liberador– buscando vías de oxígeno, en un intento por resistirse al destino de una vida insatisfactoria y convencional.

Ambas novelas, de gran éxito en su momento, fueron llevadas al cine. El hombre del traje gris en 1956, por Nunnally Johnson, protagonizada por Gregory Peck. Y Diario de una esposa desesperada, dirigida por Frank Perry en 1970. Carrie Snodgress, la actriz que interpretaba a Tina Balser en esta última, inspiró el tema A man needs a maid de Neil Young.

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