El huérfano. Adam Johnson

Cubierta de El huérfano, Adam JohnsonEl huérfano
Adam Johnson
Barcelona: Seix Barral, 2014
Título original: The orphan master`s son
Traductor: Carles Andreu

Si buscas una lectura original para este verano, no lo dudes, este es tu libro. Desde el principio te percatarás de que la historia es hilarante y delirante, a partes iguales. Y, además, está muy bien escrita. Adam Johnson, profesor de escritura creativa en Stanford, domina todas las herramientas literarias y combina a la perfección los elementos de la novela con los espeluznantes detalles sacados de cualquier hemeroteca. No en vano, por esta realidad irreal, Adam Johnson ganó el Pulitzer en 2013.

La historia de El huérfano es tan disparatada como humana. A través de la vida de Jun Do, un huérfano que no lo es, el autor nos adentra en la vida coreana. De su mano conoceremos los orfanatos, las minas, los campos de internamiento, la rutina de los pescadores en alta mar, y ascenderemos en el escalafón hasta compartir ideas y tiempo con el Querido Líder. Muchos de los detalles que aparecen y que suenan increíbles, se pueden encontrar en los periódicos: el secuestro de ciudadanos japoneses o la imposibilidad de desertar de ese país hermético. Eso es lo inquietante: la posibilidad de que el fondo pueda ser cierto. ¿Será verdad tal aplastamiento de la individualidad?, ¿la subyugación total a Kim Jong-il  o a Kim Jong-un?, ¿la absoluta desconfianza hacia el otro?Fotografía de Adam Johnson

La lucidez y evolución del personaje principal, Jun Do, su romance con la actriz nacional Sum Moon, su viaje a Texas… todo nos sirve para conocer la mentalidad de una élite que no duda en sacar partido de su privilegiada situación traficando con películas, zapatillas o tabaco americano mientras la población acata su funesto destino con ese pensamiento tan modelado por el gobierno del país:

Me pregunto qué debéis soportar a diario en América sin un Gobierno que os proteja, sin nadie que os diga qué hacer. ¿Es verdad que no os dan cartillas de racionamiento y que debéis encontrar la comida por vosotros mismos? ¿Es verdad que vuestro trabajo no tiene otro objetivo que el simple papel moneda? ¿Qué emiten los altavoces? ¿A qué hora es el toque de queda? Si una mujer pierde a su marido, ¿cómo sabe que el Gobierno le asignará un buen marido de reemplazo?

Hay reflexiones sobre la dignidad que recuerdan a las del libro de Primo Levi Si esto es un hombre, y esto es, precisamente, lo que le da valor: la pelea entre la verdad, lo real, lo histórico, lo verosímil, la certeza, la imaginación y la incertidumbre. Que los disparates puedan ser ciertos, estremece. Da la sensación de que Adam Johnson ha cosido una historia delirante con detalles escabrosos recolectados en la prensa.

Leer El huérfano es alternar la sonrisa con el repelús y el escalofrío, sin poder dejar de leer ni un solo instante.

Rosa Molina

Hasta arriba. W.E. Bowman

Cubierta de Hasta arriba, W.E. Bowman

W.E. Bowman
Hasta arriba
(The Ascent of Rum Doodle, primera edicion: 1956)
Barcelona: Blackie Books, 2016

Recomiendo leer a los grandes maestros del alpinismo: Walter Bonatti, Lionel Terray, Gastón RébuffatMaurice Herzog, Reinhold Messner… antes de abrir este libro, así al principio, parecerá que es otro relato de increíbles aventuras pero pronto deberéis cambiar el chip y entender la parodia de esas epopeyas que W. E. Bowman nos ofrece.

El quijotesco protagonista vive en su mundo idílico y nos cuenta la histórica ascensión con un tronchante humor inglés que te va descolocando a cada momento.

La historia sigue las fases típicas de toda aventura montañera, desde la difícil llegada al campamento base, el paso por glaciares, las grietas, la pared norte, los amenazantes seracs, los corredores de nieve, los campamentos de altura y la conquista final de la cima.

Pero todo desde el prisma absurdo y loco que ofrece el autor, algo así como una primera ascensión al Annapurna que fuera representada por los Monty Python.

A veces parecería que el autor es andaluz, teniendo en cuenta el uso que hace de la hipérbole con gracia y los continuos juegos de palabras:

BOWMAN1

…El material para dicho campamento habría de transportarse desde la terminal ferroviaria de Tekhonmiel, a 500 millas de distancia. Harían falta 5 porteadores. Serían necesarios dos más para acarrear la comida de los cinco primeros y otro para llevar la de los dos segundos. La comida de este último la llevaría un niño. El niño llevaría su propia comida. Esta primera avanzadilla se instalaría a 38.000 pies y estaría igualmente abastecida con provisiones para dos semanas, lo que haría necesarios 8 porteadores más y otro niño. En total, para el transporte de tiendas, material, comida, radios, instrumental científico y fotográfico, efectos personales y todo lo demás, se requerirían 3.000 porteadores y 375 niños.

En resumen, es un libro muy recomendable que se devora en dos sentadas y que todo montañero debe leer para relativizar el alpinismo y echarse unas risas. Como dice el autor, Hasta arriba (get high) de champán…

Juan Fco. Ramírez Rodríguez

De la alpargata al seiscientos. Juan Eslava Galán.

Cubierta de De la alpargata al Seiscientos, Juan Eslava GalánJuan Eslava Galán

De la alpargata al seiscientos

Planeta, 2011

O, lo que es lo mismo, de la miseria al consumo.

Siempre nos han dicho que no se debe empezar la casa por el tejado pero en esta ocasión vamos a tener que hacerlo porque la obra que nos ocupa es la tercera parte de una serie (“Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie”, “Los años del miedo”) en la que el autor narra de manera novelada y con irónico humor la vida de los españoles durante la dictadura franquista, desde 1952 hasta 1960.

La grandeza de este documental histórico es que consigue, con ternura y vis cómica, ofrecernos un reflejo veraz de estos años grises de la historia de España en los que, haciendo gala de un aperturismo que no lo fue tanto, los españolitos le dijeron adiós a las cartillas de racionamiento para abandonarse  en los brazos de los norteamericanos y sus bases, dieron de lado el ancestral botijo para poner algo de chispa en sus  insulsas vidas bebiendo Coca-Cola y los seriales de la radio comenzaron a ceder espacio en las tardes tediosas al gran invento de la época, la televisión.

          – ¡Coño!, ¿qué es? – se impacienta Nemesio.

– ¡Coca-Cola – anuncia el Chato Puertas levantando triunfalmente el vaso -, la bebida del futuro!… Los americanos no beben otra cosa – informa el Chato Puertas a su amigo – Ni cócteles, ni vino, ni gambainas: ¡Coca-Cola!”

Un mundo que para los menores de 50 años puede resultar estrambótico e irreal pero que para quienes ya peinan canas y tuvieron que sufrir el consabido No-Do antes de cualquier película, era su realidad cotidiana.

Una realidad poblada de miseria económica, moral e ideológica, de curas,  confesionarios y Concordatos, de sexualidad reprimida, de falangistas,  de adeptos al régimen que hicieron su agosto, de cacerías sin fin… Pero también de frigoríficos, Vespas y  Seiscientos o del turismo liberador, una bocanada de aire fresco en aquella España asfixiante.Fotografía

 Don Pedro emitió un decreto municipal en el que prohibía al vecindario, bajo pena de multa, insultar a las turistas extranjeras que se bañaban en la playa en biquini.

-¡Es que son unas guarras! – protestaban algunas señoras de misal, velo, novena y lutos sucesivos.

-Son personas que no se meten con nadie – advertía el alcalde -, que nos alquilan habitaciones, que consumen en las tabernas, que se dejan sus buenos cuartos en el pueblo…

Una realidad que llega a nosotros a través de las vidas de personajes tan brillantes como la Uruguaya (la madame del burdel), Pedrito el Piojo y el Burro  Mojao (ladrones al por mayor), el Chato Puertas (constructor corrupto y traficante de influencias), el censor Diego Medina (cruzado de la decencia), pasando por el propio Franco (ese “listito que siempre va a lo suyito”) o por el príncipe Juan Carlos (el hijo casadero de Don Juan).

Una áspera realidad, al fin, a la que el autor consigue quitarle el regusto amargo con humor y emoción. Altamente recomendable y apta al cien por cien como lectura veraniega.

Juan Eslava Galán en la Biblioteca UPM

Chiruca Casado

El secreto de Joe Gould. Joseph Mitchell

Cubierta de El secreto de Joe Gould, Joseph MitchellJoseph Mitchell

El secreto de Joe Gould

Anagrama

Joe Gould es un bohemio. Él incluso se jacta de ser el último.

Todos los demás se han quedado en el camino, algunos están bajo tierra, otros en el manicomio y otros en la publicidad

Vive en el Nueva York de los años 40 y tiene un único objetivo en la vida, escribir una ingente obra llamada “Historia oral de nuestro tiempo”, basada en conversaciones, observaciones, escenas cotidianas, que darán como nunca antes un semblante de la historia real del mundo en su momento.

Lo que antes considerábamos historia -reyes y reinas, tratados, inventos, batallas…- es mera historia formal y en gran medida falsa. Por mi parte, o pongo por escrito la historia informal de los de a pie -lo que la gente tiene que decir sobre sus trabajos, amores, juergas…- o me muero en el intento. Lo que dice la gente es historia.

Lleva más de veinticinco años escribiendo su historia, lo hace en cuadernos que va repartiendo por los sótanos de sus amigos, y no parece en absoluto que esté cerca de terminarlo. Siempre que habla de su Historia oral hace hincapié en su extensión y dimensiones. “Una noche de junio de 1942, por ejemplo, le contó a un conocido que en aquel momento la obra tenía ya alrededor de nueve millones doscientas cincuenta mil palabras” … “O sea que es doce veces más larga que la Biblia”.

No se trata de un homeless al que la vida ha llevado a ese extremo, sino de un hombre que consciente y voluntariamente, y a pesar de ser licenciado en Harvard y pertenecer a buena familia, asume que esta es su misión y decide retirarse del tipo de vida convencional. La Historia oral ha sido mi soga y mi patíbulo, mi cama y mi pupitre, mi esposa y mi fulana, mi herida y la sal que en ella se derrama, mi whisky y mi aspirina, mi roca y mi salvación. Es lo único que me importa. Todo lo demás es basura.

Fotografía de Nueva York durante la Gran Depresión

El periodista Joseph Mitchell, autor del libro, se cruza con este personaje en Manhattan y lo incluye en la serie llamada “Perfiles” que se publicaban en el mítico “The New Yorker”, crónica que supone la primera parte del relato llamada “El profesor Gaviota”. La segunda se publicó más de veinte años después. Suponen una magistral biografía en cuyo telón de fondo están presentes La Gran Depresión, el capitalismo salvaje y la sociedad neoyorquina.

Joe Gould tiene un secreto, y lo iremos descubriendo a medida que su personalidad nos vaya despertando distintos sentimientos. Esta manera de narrar es lo que da ritmo e interés a la obra. Por algo su autor es conocido como “cronista de lo insólito y lo original”.

Rosalía Casamayor

La luz que no puedes ver. Anthony Doerr.

Cubierta de La luz que no puedes ver, Anthony Doerr

La luz que no puedes ver
Anthony Doerr
Barcelona: Suma de letras, 2015

Doerr no sólo es un novelista. Es un gran chef de las letras. Ha cocinado, con una precisión y exquisitez fuera de duda, ingredientes de gran calidad: una buena historia; personajes sensibles y valientes enmarcados en un escenario brutal que resalta todas sus cualidades; capítulos cortos, rápidos, que invitan a  leer y a sentir la historia; y una estructura que alterna y salta temporalmente entre ambos personajes, Marie-Laure y Werner. Y, todo ello, aderezado con un excelente y sentimental estilo, casi poético.

La luz que no puedes ver cuenta la vida de dos personajes, Marie Laurie, una niña ciega, y Werner, un niño huérfano adoctrinado por los nazis, a quienes la guerra y su común adicción por la radio, une de forma efímera e intensa en Saint-Malo (Francia). La habilidad de Doerr para modelar los personajes, consigue que el lector se sitúe en ese mundo de destrucción que les hace madurar antes de tiempo, convirtiendo su dignidad y capacidad de empatizar, en herramientas de supervivencia.

Aunque está ambientada en la II Guerra Mundial, no es una novela histórica. Sin embargo, a pesar de no profundizar en los detalles y horrores de la guerra, se adivina la barbarie en los recovecos de las descripciones, en las elipsis,  porque no es necesario ser explícito para mostrar más y mejor. Ejemplos de ello son sus certeras imágenes: “entra una fría brisa y con ella se hincha de miedo el recibidor”, y esa manera de saltar en el espacio-tiempo cabalgando de una sensación a otra, mientras pasa la guerra, el tiempo y el lector sigue feliz, abandonado a su buena digestión.Fotografía de Anthony Doerr

Lo mejor de todo, lo más sorprendente y lo que más me gustó, es el final, del que el mismo autor dice: “Esto es una novela que tiene mucho de inspiración en la realidad. Es ficción, por supuesto, pero que nadie espere un guion de Hollywood”.

Este libro ha seducido por igual a lectores de todas las edades y críticos y ha conseguido muchos premios, entre ellos el Pulitzer de ficción en 2015 y el de la Asociación de Bibliotecarios de Estados Unidos, que le ha considerado autor del año para adolescentes. Sin lugar a dudas, merece la pena convertir este libro en lectura obligatoria para este verano.

Anthony Doerr en la Biblioteca UPM

Rosa Molina

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