La ecuación de la vida (L’équation africaine). Yasmina Khadra

Cubierta de La ecuación de la vida, Yasmina Khadra

En África no hay turistas, solo mirones

Yasmina Khadra

(pseudónimo de Mohammed Moulessehoul)

Cuál es esa extraña alquimia que anula el instinto de supervivencia en las sociedades avanzadas y lo estimula en las situaciones más extremas. Cuál es la ecuación. Qué justificación puede haber para el suicidio en una sociedad ahita cuando una parte de la humanidad se aferra con alegría a la existencia, distanciándose de las limitaciones que le impone su entorno.

Esta es una novela de aventuras y de crecimiento personal, de un médico alemán que abrumado por una tragedia personal se incorpora a un viaje humanitario en África exponiéndose a las más variadas y brutales experiencias. Una vez más el título en español resulta significativamente distinto al original aunque no por ello menos sugerente.

Es una novela reciente (2011), que se ha editado en España en 2012 casi coincidiendo con su presentación internacional en el Salón del Libro de París, donde encontramos una breve entrevista con su autor Yasmina Khadra (jazmín verde en argelino).

Y aquí viene el otro aspecto curioso. No se trata de una escritora como parece indicar su nombre (Yasmina) sino de un militar argelino (Mohammed Moulessehoul) que habiendo escrito varias novelas previas decide ocultar su identidad bajo un pseudónimo que le evite la necesidad de autocensura. Es menos claro por qué elige este pseudónimo femenino, aunque según sus palabras es en primer término un homenaje a su mujer, de la que toma dos de sus nombres, y en un plano más general a todas la mujeres argelinas que según sus propias palabras son capaces de mantener una llama de esperanza en un país desesperado.

Podemos imaginar la calurosa acogida de Yasmina por parte de los lectores franceses, que se trocó en desconfianza hacia Mohammed cuando éste decidió desvelar su indentidad, abandonar el ejército argelino y dedicarse definitivamente a la literatura; no fue menos incomprendido por sus compatriotas.

Esta novela no es la más conocida, ni la más premiada. Ha sido eso sí mi primera aproximación a este autor, hijo de una beduina y de un enfermero oficial del ejército de liberación nacional argelino, y que estudia impelido por su padre en la Escuela Nacional de Cadetes de la Revolución.

En su novela autobiográfica El Escritor narra sus duras experiencias familiares y escolares en la Escuela de Cadetes de la Revolución. Con este libro descubrió su identidad al gran público. Personalmente me parece más auténtica que La ecuación de la vida… más sentida. Las experiencias infantiles en el mundo árabe pueden ser tremendas, bien me acuerdo de El Pan a Secas de Mohamed Chukri. Esta es menos desoladora y quizás por eso más reconfortante.

Mohammed Moulessehoul expresa su admiración por la mujer argelina (esto sin duda le honra), yo preferiría que ellas no tuvieran que serlo tanto.

Yasmina Khadra en la Biblioteca de la UPM

Vive cada día como si fuera el primero

y olvida tus pesares y fechorías,

Vive cada noche como si fuera la última

pues nadie sabe del próximo día.

Fotografía de Mohammed Moulessehoul

3 comentarios

  • José Alejandro Martínez
    José Alejandro Martínez

    Se trata sin duda de un autor controvertido. “El escritor” me parece un libro magnífico por lo que tiene de testimonio vital y de iniciación a la literatura. A Chukri aún no lo leí, pero no creo que su historia se pueda parangonar: al fin y al cabo Moulessehoul es hijo de un vencedor de la entonces reciente guerra de independencia argelina. Saludos.

  • Pilar Alvarez del Valle

    Pues la verdad es que te sorprendería la historia de Chukri, nunca he leido algo tan duro y descorazonador. A los 20 años era todavía analfabeto y sin embargo ya ves…

    El otro día precisamente llevaba “el pan a secas” en la mano, y una persona quue lo vió me dijo que lo utilizaba mucho con la gente con la que trabaja en servicios sociales como herramienta de discusión sobre situaciones personales extremas.

  • José Alejandro Martínez
    José Alejandro Martínez

    Bastante satisfecho cuando he terminado esta novela, que tenía en la cola de los libros regalados. Creo que la narración se puede mirar desde distintos prismas y planos. Se me ocurre que podría considerarse una contraversión de Heart of Darkness (El corazón de las tinieblas) de Joseph Conrad, pero muy requetepasada por el tamiz y las experiencias postcoloniales. Téngase en cuenta que ha llovido mucho… Aunque también comprendo que a alguien le pueda parecer facilona y un tanto color de rosa. Este verano también leí de este autor Les agneaux du Seigneur (Los corderos del Señor), que no pierde nada de actualidad.

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