Guy Delisle, Pyongyang

Guy Delisle
Pyongyang
Bilbao: Astiberri, 2005

A pesar de ser un país que continuamente aparece en las primeras planas de los periódicos, poco sabemos de Corea del Norte, país que somete a un férreo control la información que se proyecta a su exterior, por no hablar de la que se encuentra al alcance de sus ciudadanos, y en el que los extranjeros entran con cuentagotas.

Por ello resulta un placer la lectura de este maravilloso libro de Guy Delisle cuya principal virtud es la proximidad a lo narrado y la sensación de credibilidad y cercanía que el autor sabe transmitir. Escrito y dibujado (¿había mencionado que se trata de un cómic?) con una extraña mezcla de virtuosismo y sencillez, Delisle nos cuenta sus experiencias en Corea del Norte como asesor de animación (de dibujos animados, digo) en un gran estudio en el que se ha deslocalizado la producción de las series de dibujos de occidente.

Las diferencias culturales, lo absurdo del régimen totalitario que rige hasta la más mínima expresión de la vida cotidiana, la deshumanización provocada por el miedo y la constante propaganda, la frustración del autor por la imposibilidad de contactar con los coreanos son narradas con grandes dosis de humor y humanismo por Delisle. Y es que el autor vivió durante este tiempo en un constante estado de flemático estupor ante una cultura en constante estado de paranoia, asombro que combatía a través de pequeñas transgresiones como la de dar a leer a su traductor el prohibidísimo libro 1984 de G. Orwell o ¡escuchar la radio!

No dejéis de ampliar las viñetas (pinchando encima) para ir abriendo boca.

El autor en plena faena

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Guy Delisle en la Biblioteca UPM

2 comentarios

  • José Alejandro Martínez

    Hola. Esta recomendación no ha podido ser más oportuna, teniendo en cuenta el recrudecimiento del conflicto intercoreano esta misma semana. Yo creo que lo “gracioso” del caso es que el régimen de Corea del Norte le viene que ni pintado al sistema internacional actual. Por un lado representa hasta lo caricaturesco el papel de malo de la peli, dando pié a los argumentos de políticas de “seguridad”, recorte de derechos, miedo, etc.; y por otro -pero no menos importante- contribuye a las deslocalizaciones, rebaja de salarios, etc. aportando a las empresas extranjeras una suculenta mano de obra prácticamente esclava, como el argumento del cómic se encarga de señalar con gran inteligencia. Mi propio chubasquero de marca británica está fabricado en Corea del Norte. En China ocurre algo parecido y a mayor escala, pero la opinión mediática es más indulgente porque es una superpotencia auténtica, da rienda suelta a la empresa privada y no exhibe rasgos tan monárquicos. A nivel interno, el régimen de Pyongyang intenta vanamente ofrecer al orgullo nacional coreano dosis de testosterona nuclear como terapia para los tradicionales recelos frente a China y sobre todo frente a Japón. En fin, un mal rollo mucho más cercano de lo que somos conscientes a veces. Acertadísima reseña, pues…

  • Siguiendo vuestros consejos lo regalé por navidad. ¡¡Exito rotundo!! mil gracias.

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